Soy una mujer que ha enfrentado muchos miedos, entre ellos, el de mirarme al espejo y no reconocerme.
Di un paso al frente buscando liberarme de este anhelo. Un día me miré al espejo y no dejé de hacerlo hasta reconocerme.
Tomé mi cámara y fui más allá: decidí ponerme ante mi propio objetivo. Retratarme fue una liberación, un salto hacia las estrellas.
A lo largo de estos años en mi estudio en Pamplona, he descubierto que muchas compartimos este deseo de plantarnos delante del objetivo.
Es casi un reto, llenas de miedo, pero también de esperanza. Anhelamos una imagen que refleje quiénes somos, donde podamos vernos bonitas, cuidadas, bellas, tal cual somos.
En lo profesional, riendo, divirtiéndonos, posando o no… lo importante es que esa imagen nos reconforte y nos reconozcamos.
A veces, no nos creemos merecedoras de algo tan bello, o simplemente nuestros miedos nos asaltan. ¿Seremos egoístas por ello? Nos preguntamos. Entonces me doy cuenta de que cualquier excusa es buena para llegar hasta mí… ¡Sí, así es!
Cuántas habéis llegado primero por reportajes de familia o comunión. Cuántas me han llamado solicitando un reportaje para su hermana porque «es algo tan bonito que creo que le va a encantar».
Cuántas queréis un reportaje familiar para tener unas fotos profesionales. O mientras realizo el reportaje a vuestros niñ@s, os veo el brillo en los ojos, y decís: «Me encantaría que me hicieran algo así» o «No me importaría tener algo tan bonito».
Experiencia única: Cada sesión se convierte en un recuerdo precioso, un diario visual de quiénes somos.
Conexión personal: Antes de la sesión, tendremos una primera llamada para conocerte y entender qué te mueve a hacerte esas fotos.
Preparación personalizada: Juntas, elegiremos si quieres las fotos en interior o exterior, definiremos estilismos y, si lo deseas, contaremos con maquilladora y peluquera.3
Asesoramiento completo: Te asesoraré en todo, desde el lugar de las fotos hasta los detalles del estilismo. Incluso puedo proporcionarte ropa o complementos.